"Step by step"

Despues de unos primeros 5 dias intensos, comenzamos nuestra segunda semana en Soi Dog

 

Después de una semana muy intensa, hemos intentado adaptarnos a trabajar con los medios a los que estamos acostumbrados (y ese despliegue fue la gran sorpresa) pero para unos pacientes con patologías y procesos que no son normales para nosotros, por su severidad y por lo que suponen para estos animales. Tambien hay que acostumbrarse al clima. Trabajar con 36grados y cubierto de sudor no es tan facil. Los desplazamiento son eternos bajo el sol y solo nos consuela saber que la playa esta cerca de donde nos deja la camioneta, para poder terminar el dia mas relajados.

Nos llena enormemente trabajar así. Poder utilizar todo lo que hemos aprendido en estos años de internado y residencia, en nuestra especialidad, disponiendo de muchísimos medios para atender a animales de los que nadie jamás se ha preocupado. Es muy gratificante trabajar sólo y exclusivamente por y para ellos.

Comenzamos este lunes con fuerza, retomando los casos y esperando que durante el fin de semana hayan seguido nuestras pautas de tratamiento, aunque sabemos que es difícil que hayan alimentado cada 2 horas por la sonda nasoesofágica a Tango, limpiado 3 veces al día la terrible inflamación anal de Naoki y posiblemente no hayan podido hacer todos los movimientos pasivos que Daoroong necesita para superar su parálisis de tercio posterior. No es fácil que dos veterinarios (solo dos en todo el fin de semana) atiendan a los 600 perros que están en SoiDog. Ni si quiera a los 30 ingresados en UCI. Una dosis de realidad dentro de este oasis de buena praxis.

Hoy nos toca despedir a Iago y a Bea, que se van a la cercana isla de Ko Lanta a trabajar como veterinarios en Lanta Animal Welfare. El único veterinario que trabaja allí, sin ayuda de voluntarios, ha pedido a Soi Dog que envíe veterinarios a colaborar en sus labores de vacunación, tratamiento y castración de perros y gatos en la isla. Los medios son mucho más limitados, pero las ganas de trabajar y mejorar el estado de todos esos animales son las mismas. Os iremos contando qué hacen nuestros compañeros por allí, porque seguro que su estancia va a ser muy productiva y necesaria para los animales de Ko Lanta.

Mientas tanto Adrián seguirá en quirófano, viendo fracturas imposibles, castrando contra reloj y aportando su granito de arena junto a la doctora Eed. Por mi parte, continuaré con los casos de la Intensive Care Unit, esta semana con Laura, una veterinaria argentina que tan solo lleva unos meses trabajando en Soi Dog. Tengo muchas cosas en la cabeza que poder mejorar en esta hospitalización, igual que Adrián en quirófano y Iago en las anestesias, pero tenemos que comprender que no poseemos verdades absolutas. Trabajamos de una manera concreta, como se nos ha enseñado y hemos aprendido en el HCVC y en otros centros. Habrá mil maneras mejores de hacerlo, por supuesto. Pero además de aportar algo a este centro, nos están enseñando a nosotros como la optimización del tiempo y los medios, cuando son limitados o pueden serlo, es vital. Los casos se orientan a una pregunta concreta ¿qué será de este perro cuando salga de SoiDog?. La calidad de vida es un concepto totalmente diferente para perros y gatos que van a tenerse que valer por sí mismos en las calles. Por eso, a veces, lo que para nosotros es una opción de tratamiento para este equipo de veterinarios tailandeses es una clara decisión de no continuar si no podemos asegurar una vida digna y segura de nuestros pacientes en su lugar de origen. También nos sucede al revés… Vemos desastres y casos muy duros y complicados que parece que solo tiene un final, y ellos, los veterinarios y los animales, nos demuestran que siempre se puede luchar un poco más. El aprendizaje está siendo recíproco… pero pienso de verdad que somos nosotros los que más tenemos que aprender de cómo empatizar, conocer los límites y continuar trabajando duro por una causa tan digna.

Vamos a continuar trabajando, que aqui solo son las doce. Unos noodles y una fruta para comer en 20 minutos y continuar con todo el trabajo antes de que Paul nos venga a recoger en esa tambaleante furgoneta que nos lleva por las carreteras rodeadas de vegetacion y motos de Phuket. No aguantamos mucho mas despiertos cuando llegamos a casa, algo de mango o pina y a dormir. Los dias aqui paraecen tener muchas mas horas, o al menos nosotros estamos mucho mas cansados que en casa.

Os seguiremos contando, desde SoiDog y, ahora, desde KoLanta.

Marta Pedraja